El matrimonio es la forma que Dios estableció para dar continuidad a la raza humana. El matrimonio es sagrado para Dios."¿Acaso no hizo el Señor un solo ser, que es cuerpo y espíritu? Y ¿por qué es uno solo? Porque busca descendencia dada por Dios.[3] Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen a la esposa de su juventud. 16 «Yo aborrezco el divorcio dice el Señor, Dios de Israel, y al que cubre[4] de violencia sus vestiduras», dice el Señor Todopoderoso. Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros.
Malaquías 2:15-16
Pero aunque a Dios nunca le agrada el divorcio, la Biblia nos establece dos razones por las que el divorcio sería aceptable (no agradable, pero aceptable) ante Dios. Estos casos son extremos e idealmente deberían ser extremadamente raros.
1. Adulterio: Cuando ha ocurrido adulterio, el divorcio se puede obtener, porque el adulterio ya ha roto la relación matrimonial sagrada y el divorcio entonces no viene más que a ser un reconocimiento formal de lo que ya ha ocurrido."También fue dicho: "Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio". Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casa con la repudiada, comete adulterio."
Mateo 5:31
2. "Privilegio Paulino". El Apóstol Pablo agregó una segunda razón a las enseñanzas de Jesús que se conoce en medios teológicos como el "Privilegio Paulino". Este concepto establece que si un esposo o esposa abandona al esposo o esposa que es un o una creyente, el creyente que es abandonado no está atado a la relación matrimonial y es "libre" de casarse otra vez."Sin embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidan. En tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin obligación; Dios nos ha llamado a vivir en paz.
1 Corintios 7:15
Existe una tercera razón que en mi opinión podría justificar un divorcio. Es lo que técnicamente se conoce como "defección constructiva." Esto se da en los casos en los que una esposa o un esposo creyente está casado con una persona que abusa de él o ella de manera tal que el matrimonio se convierte en una misión imposible. Ejemplo, usted está casada con un esposo que se va a tomar con sus "amigos", y cuando regresa hay que llevarla al hospital como resultado de los golpes que este hombre le da. O una esposa que esté casada con un marido que la ate a un poste dentro de la casa porque está celoso (por más sádico e increíble que esto parezca, son casos que se dan), o un marido que se dé a las drogas y se encuentre en una situación tal que no proporcione dinero para la comida, la escuela, la ropa, la vivienda, etc. de la familia. Existen otros casos extremadamente raros y ampliamente subjetivos que, en mi humilde opinión, justificarían que un creyente tenga que abandonar a su esposo o esposa.
La realidad es que se dan casos tan extraordinarios que es imposible creer que un líder religioso se atreva a insinuarle a una esposa o esposo que continúe viviendo bajo el mismo techo que el esposo o la esposa abusiva. Existen casos en los que la maldad de una persona puede llegar a extremos tales, que el infierno que se vive estando casado, es peor que quedarse sin marido para el resto de la vida.
En los casos en los que existe abuso desenfrenado como los que hemos descrito y otros casos extremos, las esposas o esposos víctimas han optado por nunca más casarse de nuevo y simplemente quedarse solos, por temor a no cometer adulterio con el nuevo compañero o compañera. Esto es algo que deberá decidir cada persona de manera particular.
¿Puede una persona que se divorció ser Pastor?
Si el divorcio se debió a cualquiera de los dos primeros casos, sí.
Si el divorcio se debió al último caso, sin importar lo extremo que haya sido el abuso, no creo que se le deba dar el puesto a esta persona de Pastor. Esta persona puede ser un voluntario para trabajos varios en la iglesia, pero no se le debería dar la posición de Pastor, diácono u otras posiciones de liderazgo más prominentes.
¿Qué me dice del Divorcio por "incompatibilidad de caracteres"?
Esta excusa es una forma irresponsable de no afrontar lo sagrado de haber acordado en los votos matrimoniales. ¡No existe una coma de evidencia en la Palabra de Dios de que Dios justifique que usted se divorcie de su compañero o compañera! Tampoco se puede usar la excusa de falta de amor, diferencias en las metas, por que su esposa se puso gorda, porque su esposo se ha vuelto impotente, etc.
Siéndoles completamente sincero, yo no sabría qué pensar de una pareja "cristiana" que me diga a mí que se quiere divorciar por cualquiera de estas últimas excusas. Una pareja que se encuentre sirviéndole al Cristo de la Gloria no tiene alternativa que amarse más cada día.
¿Acaso no estaré cometiendo adulterio si me caso de nuevo?
Cuando una persona se divorcia por alguna de las dos causas establecidas al principio, el que rompió automáticamente el matrimonio fue el primero en engañar. Una vez usted se casa de nuevo, usted no está incurriendo en pecado alguno.
Ahora bien, si usted abandona a su esposo o esposa por cualquiera de las razones subsiguientes, es un hecho que usted está cometiendo adulterio. En estos casos, usted se divorció para evitar el abuso, no para casarse de nuevo. Es por eso que existen tantos consejeros matrimoniales cristianos que aconsejamos a las parejas que están pasando por crisis grandes que esperen y trabajen en arreglar las diferencias antes de llegar al extremo del divorcio, porque una vez lo hagan, ya no se podrán casar de nuevo sin cometer adulterio, que es un pecado de muerte.
Este es un tema extremadamente complicado, multifacético y ampliamente subjetivo. Aunque terminaré de escribir aquí, eso no significa que no existan decenas de otros casos particulares que habría que analizar conforme a sus propios méritos. Sin embargo, las únicas excusas explícitas por las que nos podemos divorciar y casar de nuevo, es por infidelidad matrimonial o por el "Privilegio Paulino".
Malaquías 2:15-16
Pero aunque a Dios nunca le agrada el divorcio, la Biblia nos establece dos razones por las que el divorcio sería aceptable (no agradable, pero aceptable) ante Dios. Estos casos son extremos e idealmente deberían ser extremadamente raros.
1. Adulterio: Cuando ha ocurrido adulterio, el divorcio se puede obtener, porque el adulterio ya ha roto la relación matrimonial sagrada y el divorcio entonces no viene más que a ser un reconocimiento formal de lo que ya ha ocurrido."También fue dicho: "Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio". Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casa con la repudiada, comete adulterio."
Mateo 5:31
2. "Privilegio Paulino". El Apóstol Pablo agregó una segunda razón a las enseñanzas de Jesús que se conoce en medios teológicos como el "Privilegio Paulino". Este concepto establece que si un esposo o esposa abandona al esposo o esposa que es un o una creyente, el creyente que es abandonado no está atado a la relación matrimonial y es "libre" de casarse otra vez."Sin embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidan. En tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin obligación; Dios nos ha llamado a vivir en paz.
1 Corintios 7:15
Existe una tercera razón que en mi opinión podría justificar un divorcio. Es lo que técnicamente se conoce como "defección constructiva." Esto se da en los casos en los que una esposa o un esposo creyente está casado con una persona que abusa de él o ella de manera tal que el matrimonio se convierte en una misión imposible. Ejemplo, usted está casada con un esposo que se va a tomar con sus "amigos", y cuando regresa hay que llevarla al hospital como resultado de los golpes que este hombre le da. O una esposa que esté casada con un marido que la ate a un poste dentro de la casa porque está celoso (por más sádico e increíble que esto parezca, son casos que se dan), o un marido que se dé a las drogas y se encuentre en una situación tal que no proporcione dinero para la comida, la escuela, la ropa, la vivienda, etc. de la familia. Existen otros casos extremadamente raros y ampliamente subjetivos que, en mi humilde opinión, justificarían que un creyente tenga que abandonar a su esposo o esposa.
La realidad es que se dan casos tan extraordinarios que es imposible creer que un líder religioso se atreva a insinuarle a una esposa o esposo que continúe viviendo bajo el mismo techo que el esposo o la esposa abusiva. Existen casos en los que la maldad de una persona puede llegar a extremos tales, que el infierno que se vive estando casado, es peor que quedarse sin marido para el resto de la vida.
En los casos en los que existe abuso desenfrenado como los que hemos descrito y otros casos extremos, las esposas o esposos víctimas han optado por nunca más casarse de nuevo y simplemente quedarse solos, por temor a no cometer adulterio con el nuevo compañero o compañera. Esto es algo que deberá decidir cada persona de manera particular.
¿Puede una persona que se divorció ser Pastor?
Si el divorcio se debió a cualquiera de los dos primeros casos, sí.
Si el divorcio se debió al último caso, sin importar lo extremo que haya sido el abuso, no creo que se le deba dar el puesto a esta persona de Pastor. Esta persona puede ser un voluntario para trabajos varios en la iglesia, pero no se le debería dar la posición de Pastor, diácono u otras posiciones de liderazgo más prominentes.
¿Qué me dice del Divorcio por "incompatibilidad de caracteres"?
Esta excusa es una forma irresponsable de no afrontar lo sagrado de haber acordado en los votos matrimoniales. ¡No existe una coma de evidencia en la Palabra de Dios de que Dios justifique que usted se divorcie de su compañero o compañera! Tampoco se puede usar la excusa de falta de amor, diferencias en las metas, por que su esposa se puso gorda, porque su esposo se ha vuelto impotente, etc.
Siéndoles completamente sincero, yo no sabría qué pensar de una pareja "cristiana" que me diga a mí que se quiere divorciar por cualquiera de estas últimas excusas. Una pareja que se encuentre sirviéndole al Cristo de la Gloria no tiene alternativa que amarse más cada día.
¿Acaso no estaré cometiendo adulterio si me caso de nuevo?
Cuando una persona se divorcia por alguna de las dos causas establecidas al principio, el que rompió automáticamente el matrimonio fue el primero en engañar. Una vez usted se casa de nuevo, usted no está incurriendo en pecado alguno.
Ahora bien, si usted abandona a su esposo o esposa por cualquiera de las razones subsiguientes, es un hecho que usted está cometiendo adulterio. En estos casos, usted se divorció para evitar el abuso, no para casarse de nuevo. Es por eso que existen tantos consejeros matrimoniales cristianos que aconsejamos a las parejas que están pasando por crisis grandes que esperen y trabajen en arreglar las diferencias antes de llegar al extremo del divorcio, porque una vez lo hagan, ya no se podrán casar de nuevo sin cometer adulterio, que es un pecado de muerte.
Este es un tema extremadamente complicado, multifacético y ampliamente subjetivo. Aunque terminaré de escribir aquí, eso no significa que no existan decenas de otros casos particulares que habría que analizar conforme a sus propios méritos. Sin embargo, las únicas excusas explícitas por las que nos podemos divorciar y casar de nuevo, es por infidelidad matrimonial o por el "Privilegio Paulino".
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